LLEGADA POR LA MAÑANA
(un salchichón en la aduana)
(un salchichón en la aduana)
Pablito y su padre se preparaban con nerviosismo para la recogida de la familia (tanto que hubo cambio de pañal a última hora). Agarramos un remise y nos fuimos directos al aeropuerto.
Allí esperamos a que salieran la abuela Isabel y el tío Javi (quienes traían 4 maletas grandes). Pablito se puso el cartel para que los recién llegados se ubicaran. Gracias a la empresa Callejón e Hijos (turismo activo), la familia encontró la manera de llegar a casa.
¿Y qué es lo del salchichón?
La historia es que mi suegro metió en la mochila de mano de mi suegra, un salchichón de cantimplora. Eso alarmó a los perros del aeropuerto, y al guardia que hacía 4 horas que no se llevaba nada al gaznate.
- Señora, tenemos que revisar su maleta, ¿lleva comida?-
- No, me la comí-
Abren la maleta y sacan un paquete de galletas
- Bueno, son unas galletas para mi hijo- Javi sonríe al guardia.
A todo esto, un salchichón saca la cabeza por la mochila para curiosear. El guardia, con un olfato canino y un hambre porcino sacó de la mochila la droga embutida.
-¿y esto?-
-Para prepararnos una tapita-
La aduana cortó, troceó, y roció con un spray el salchichón para evitar que nos lo pudiéramos comer. Mi suegra, trsite y avergonzada por el acontecimiento, cerró la mochila nerviosa. A lo que mi cuñao Javi le dice al guardia:
- Pues menos mal que no has mirado en la maleta, porque llevamos unos jamones de pata negra que serían un desperdicio tirarlos-
El guardia, al ver la cola de gente que estaba esperando para pasar la aduana dejó que continuaran su marcha por el aeropuerto. Eso sí, se quedó con hambre, y los perros también.
Allí esperamos a que salieran la abuela Isabel y el tío Javi (quienes traían 4 maletas grandes). Pablito se puso el cartel para que los recién llegados se ubicaran. Gracias a la empresa Callejón e Hijos (turismo activo), la familia encontró la manera de llegar a casa.
¿Y qué es lo del salchichón?
La historia es que mi suegro metió en la mochila de mano de mi suegra, un salchichón de cantimplora. Eso alarmó a los perros del aeropuerto, y al guardia que hacía 4 horas que no se llevaba nada al gaznate.
- Señora, tenemos que revisar su maleta, ¿lleva comida?-
- No, me la comí-
Abren la maleta y sacan un paquete de galletas
- Bueno, son unas galletas para mi hijo- Javi sonríe al guardia.
A todo esto, un salchichón saca la cabeza por la mochila para curiosear. El guardia, con un olfato canino y un hambre porcino sacó de la mochila la droga embutida.
-¿y esto?-
-Para prepararnos una tapita-
La aduana cortó, troceó, y roció con un spray el salchichón para evitar que nos lo pudiéramos comer. Mi suegra, trsite y avergonzada por el acontecimiento, cerró la mochila nerviosa. A lo que mi cuñao Javi le dice al guardia:
- Pues menos mal que no has mirado en la maleta, porque llevamos unos jamones de pata negra que serían un desperdicio tirarlos-
El guardia, al ver la cola de gente que estaba esperando para pasar la aduana dejó que continuaran su marcha por el aeropuerto. Eso sí, se quedó con hambre, y los perros también.
3 comentarios:
Qué mono!
ya me he enterado que vas a tener
una niña
pá comerseloooo
Publicar un comentario