La historia es la siguiente:
Un día me llaman por teléfono para hacerme una entrevista: hay un puesto en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra que se ofrece. ¿Usted estaría dispuesto a ocuparlo? A partir de ahí se desarrolló todo una sucesión de acontecimientos que pasaré a desarrollar. En paralelo iré poniendo fotos que no ilustran para nada lo que cuento.
Primero estaba la decisión. Dije que sí y estábamos a primero de julio, yo empezaría a trabajar el 1 de setiembre. Esto es, faltan 3 meses. Así que nos juntamos la madre que los parió y yo para debetir el tema. La decisión fue unánime: nos vamos el 6 de agosto. Un mes después de tomar la decisión.
Segundo. Ventas. Lola escribió un email a sus amigas y en 3 días tenía ya apalabrada la venta de todos los muebles y electrodomésticos de la casa. No quedaría nada (ni siquiera la litera-cucheta que montamos hacía una semana).
Segundo. El apartamento. Vender un apartamento en un mes es casi imposible. Pero entre las personas que se ofrecieron como inmobiliarias para ayudarnos estaba Zorrilla y Palumbo. Un padre de familia que le habían robado la furgoneta-camioneta hacía pocos días. Así que el trato era darle la camioneta a cambio de que nos vendiera el apartamento. Y así fue como apareció una señora de la India diciendo que quería el piso... dos semanas tardó esto.
Pero eso no es todo. Los trámites en el BPS se alargaron porque no todo lo que se hizo en el edificio desde que se construyó estaba en regla. En concreto un ducto que se arregló en un jornal quedaba sin facturar. Lola buscó en internet a la persona que hizo el arreglo, la llamó y mandó venir al BPS para hacer el trámite pertinente (los del BPS estaban asombrados de la eficacia de Lola... aún estando embarazada).
Tercero. Pasaportes. Los pasaportes de los niños se vencían el 1 de agosto, y volábamos el 6. Mala pata. El trámite costaba 1 mes para hacerlo y 1 mes para retirarlo. Así que Lola, con toda su panza, arregló con el de la embajada para que nos tuvieran los pasaportes la última semana de julio. Pero ete aquí que la cédula de Isabel estaba vencida, lo que impedía hacer el pasaporte de la niña. Así pues Lola, con toda su panza, fue a conseguir que le hicieran el trámite lo antes posible. Y así fue, le dieron la cédula en un día y lo presentó en la embajada para retirar el pasaporte.
Cuarto. ¿Qué nos llevamos? Sin duda habíamos vendido casi todo, pero faltaban los pequeños detalles. ¿Qué hacemos con tanta cosa de estos 7 años? Ropa de niño que vendimos, juguetes, libros... Comenzamos a hacer maletas y empezaron a salir 1, luego 2, luego 3... así sucesivamente hasta 18 maletas y 6 de cabina. Tuvieron que prestarnos maletas porque no teníamos suficientes. Es más, la última maleta la conseguimos un día antes cuando nos dimos cuenta de que faltaban más cosas por meter (las típicas últimas, toalla, bolsa de aseo, sábana de la noche...).
Y finalmente las despedidas. Acá arriba está la última visita al ginecólogo. Debajo el último trámite juntos en el BPS.
La última visita a la embajada Española.
Las penúltima despedida con hombres.
Despedida con los padrinos de Pablito
Despedida con los vecinos de abajo
Despedida con alumnos de Fcom
Último día de trabajo
Último asado con Aníbal y familia
Últimas selfies con mis hijos
Último helado con Pepo y compañía
Última foto con Haroldo (Sebastián Arocena o Harry)
Último día de colegio
Última foto con Chao y Chichí
Última foto con amigos
Última vez que meto la camioneta en el garage
Última foto grupal con los vecinos.
Última foto con Gerardo Barrabino antes de subir al avión
Última foto en Uruguay
Y la llegada vendrá el mes que viene... porque es agosto.
Chao Uruguay. El blog seguirá llamándose Javienuruguay porque todavía hay parte de mí que queda allí. Sin duda que estos 7 años han sido el comienzo de un matrimonio y una familia espectacular que espero que siga creciendo... pero poco a poco. Gracias a todos los uruguayos que nos han acogido. Sean felices y no dejen de recomendarnos.
1 comentario:
¡Cómo se los extrañará! Ya me había hecho la idea de volver a acampar con Pablito y Javi en plan salvaje. Quizá podamos hacerlo en los Pirineos algún día...
Abrazo y hasta pronto
Gerardo
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