"Marzo ventoso y abril lluvioso, dejan a mayo florido y hermoso". Eso decía mi madre... pero hay que tener en cuenta que acá estamos en el hemisferio sur. Habría que cambiarlo por "Marzo ventoso y abril lluvioso, dejan el suelo mugriento y barroso"
Algo bueno hay que rescatar: la Semana Santa. Además de todo el acontecimiento cristiano (no Ronaldo) hemos disfrutado de la casa de Carrasco. Aunque tuvimos un inconveniente el primer día: la nevera estaba rota desde hacía una semana. El olor nítido y endocrinólogo se te metía por las trompas (vaya usted a saber cuales) y nos dejó boquicerrados.
Rápidamente el acontecimiento fue un chascarrillo que se nos olvidó 15 días después... o no, porque acá quedará. Pero igualmete lo pasamos bien. Algún asado, unas hamburguesadas, pizzas de Popi y Popi (el nuevo nombre de Pepo según Lolita), y mucho correr por el pasto.
No tenemos muchas referencias fotográficas. Este mes fue medio vago, las baterías se gastaron rápido y... y tá, que no tenía ganas.
Damos la bienvenida a Alfonso Abascal, un español que llegó de España, cansado de tanta gilipollez y crisis. Lo acogimos sin problema en casa y se hizo de querer por los niños (esto lo pongo por si la esposa leyera o leyese el blog).
Anécdota de Pablito: nos encontrábamos los dos en un centro de la Obra (Opus Dei), y entramos a hacer una genuflexión, cuando estamos por salir, y yo cerrando la puerta, Pablito mete la cabeza de nuevo en el oratorio y dice: "que mañana traigas muchos huevos de pascua". Fin
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