miércoles, agosto 30, 2006


NOS FUIMOS DE FIN DE SEMANA
(La Soledad es una pasada)


La semana pasada transcurrió más o menos de la misma forma, siempre asombrándome más por los coches antiguos y por la gente tan hospitalizada.

Una tarde fuimos a merendar a un sitio llamado Hotel Del Prado donde te servían una peaso de merienda como si fuera una comida: bandeja con sándwiches, platos y cubiertos, mantequilla, tes, zumos… en dos palabras: Incre Ible.

El jueves era la noche de la nostalgia, donde celebran la independencia de Uruguay sobre los españoles. Así que salí a poner orden. Fuimos a una discoteca donde todos iban disfrazados… a mí como no se me ocurrió otra cosa me puse mis vaqueros y la camisa de leñador… con lo cual iba acorde con la fiesta. Volví a las 4:30 y a las 8 me recogió Juanpablo para pasar…

EL FINDE EN LA SOLEDAD
(un lugar sensacional)


Sin duda que lo mejor fue la estancia en LA SOLEDAD, el campo de los padres de Juanpablo Delpiazzo. En un hermoso páramo, sin montañas mesentéricas, rodeado por el río más grande de Uruguay, situado en Tacuarembó… con vacas, cerdos, borregos, caballos, patos, vacas, perros, gallinas, vacas, ñandúes, pavos y vacas. Hectómetros de campo con árboles, césped, yerbas, riachuelillos y vacas.

Y monté a caballo. El primer día, agarrado me hallaba en el jamelgo to cacao de miedo. De vez en cuando daba un trote pero paraba, y una vez me atrevía a galopar. Sin duda un paseo magnífico. El sábado por suerte llovió y estuvimos en casa metidos, lo cual nos permitió: dormir más, comer más, jugar a la Play Station (por cierto que les metí a todos una paliza tremenda) y vacas.

Fui testículo de la matanza de un borrego por la mañana. Le clavaban un cuchillo en la nuez, lo desangraban, luego le rajaban para quitarle la piel (un retortijón de barriga), luego le cortaban las patas por las rodillas, le sacaban la piel de la cara (otro retortijón), le abrían la barriga y dejaban que sus órganos internos cayeran al suelo, vacas, se lo daban de comer a los chanchos (más retortijones), luego lo ponían en un carrito y por la noche… asado de cordero (mu rico).

Increíble la hospitalidad de la señora de la casa: Gabriela. Nos contó toda la historia de La Soledad, nos habló de los bichos que hay: escorpiones, serpientes, mosquitos, vacas, escarabajos… esa noche dormí un poco menos que la anterior noche.

El último día me aventuré a galopar a toda mecha… y no paré durante las dos horas. Lo mejor: correr detrás de los borregos como si fuera uno de ellos. Incluso encontré caballos de campo y corrí junto a ellos en conjunto… de película de Indiana Jones. Y algunas vacas.

A la vuelta… dormí muuuuuuuucho. Tenía el galope en el cuerpo y me dolía la espalda. Sin embargo, me lo pasé de Tapu Drema.

Comida: muy abundante.
Cena: todavía sigo con la comida.

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